Reseña: Cry Havoc es un intrigante enfrentamiento de ciencia ficción sobre “tipos en un mapa”

En la primera inspección, Llorar estragos Se parece a muchos juegos de mesa de ciencia ficción igualmente sombríos y valientes. Viene con un alijo de soldados de plástico, robots y extraterrestres, y su obra de arte pinta un mundo en tonos de barro, fuego y metal. Pero si esperas una solución rápida a un combate frenético y de lanzamiento de dados, te decepcionarás, porque Llorar estragos ofrece una visión mucho más reflexiva del concepto de conquista planetaria.

Llorar estragos entrega a los jugadores el mando de facciones rivales que compiten para colonizar un mundo recién descubierto. Jugando como humanos agresivos y expansionistas, máquinas poderosas y despiadadas, o alienígenas esquivos y enigmáticos conocidos como los Peregrinos, podrás Intenta cantar victoria tomando el control de territorios y explotándolos para obtener sus recursos (en forma de brillantes cristales de plástico).

Cada facción se siente diferente al jugar, pero todos comienzan en pie de igualdad, con un único territorio HQ, un pequeño grupo de unidades y una mano de cartas de acción extraídas de un mazo personal. Estas cartas son fundamentales para tu estrategia porque determinan lo que podrás hacer en cada uno de tus turnos. Cada carta muestra una serie de símbolos que representan las opciones disponibles para ti: Mover tropas a través el tablero, desplegar nuevas unidades en tu cuartel general o construir estructuras que otorguen una variedad de beneficios especiales. habilidades.

Puedes jugar tantas cartas como quieras en tu turno, pero debes jugarlas todas para un solo tipo de acción. Jugar cartas con sus íconos de movimiento, por ejemplo, significa que cualquier símbolo de construcción o despliegue se desperdicia. Tienes que pensar detenidamente sobre la forma más eficaz de utilizar las tarjetas disponibles en un momento dado, planificando lo que puedes hacer en lugar de lo que idealmente te gustaría hacer.

Adelante a la batalla

Este proceso de gastar cartas para maniobrar, crecer y fortalecer tus fuerzas es el núcleo mecánico de Llorar estragos. Pero lo que realmente le da carácter al juego es la gran cantidad de subsistemas y habilidades específicas de facciones adjuntas a la acción básica.

El más llamativo de ellos es el sistema de combate. Mueve tus unidades a un espacio ya ocupado por un enemigo y desencadenarás una batalla en forma de minijuego que se juega en un tablero separado. Tú y tu oponente despliegan tropas hacia tres objetivos de batalla separados, cada uno de los cuales se resuelve como una contienda por derecho propio y cada uno de los cuales otorga una recompensa diferente al vencedor.

Hay una lucha por el control territorial, en la que el ganador reclama el dominio de la región en disputa; es vital para sumar puntos hacia la victoria. Está la lucha por capturar unidades enemigas, donde el ganador reclama algunas de las tropas de sus oponentes, obligándolos a pagar puntos de victoria como rescate si quieren recuperar las tropas. Finalmente, hay una sangrienta batalla de desgaste, donde ambos jugadores pueden intentar dañar a su oponente simplemente cortando a sus tropas con una lluvia de disparos, eliminándolas del tablero.

Con un número limitado de tropas a tu disposición, te verás obligado a decidir si luchar por el territorio o simplemente derrotar a tu oponente. Y si bien esa elección puede ser bastante complicada por sí sola, es complicada por el hecho de que también puedes usar tus cartas de acción para afectar el resultado de una batalla. Diferentes cartas te permiten agregar unidades a la refriega o barajarlas entre objetivos en el tablero de batalla. Lo que al principio parece una pelea fácil, de repente puede dar un vuelco. El sistema puede dar a los jugadores reservas a la hora de lanzar ataques, incluso contra enemigos aparentemente más débiles.

El problema con los trogs

Si bien el combate juega un papel muy importante en Llorar estragos, no solo lucharás contra las fuerzas de tus oponentes. El planeta por el que estás luchando ya está ocupado y los lugareños no son amables con los forasteros.

Los trogs autóctonos son una especie vagamente reptil y, antes de que comience el juego, distribuyes fichas que representan sus nidos en diferentes regiones del tablero. Mueve tus tropas a una de estas fortalezas y los trogs matarán instantáneamente a una de tus unidades antes de involucrar a los supervivientes en la batalla, con uno de tus oponentes controlando las acciones de los Trog durante el luchar. (En un juego de cuatro jugadores, un jugador comanda a los Trogs como una facción separada con sus propias habilidades y condiciones de victoria).

Este es un marcado contraste con otros juegos relacionados con el colonialismo. Pensar en Catán, en el que los jugadores establecen sus imperios sobre una tierra notablemente desprovista de habitantes nativos, o Mundo pequeño, donde las tribus indígenas sirven solo como un obstáculo al principio del juego, diseñado para ser eliminado a medida que los jugadores se expanden por todos los ámbitos. Llorar estragosLos Trogs no podrían ser más diferentes. Presentan una amenaza real y constante para los jugadores, y pueden descarrilar por completo tus planes y acabar con múltiples unidades que se desvíen en su territorio.

Los trogs también previenen gran parte de la violencia directa entre jugadores al formar un fuerte amortiguador entre las facciones. Puede parecer una decisión de diseño extraña en lo que se presenta como un juego de batalla intenso, pero significa que el combate real entre facciones de jugadores tiende a tener lugar en los últimos turnos. El hecho de que hayas tenido que trabajar tan duro para poder atacar a tus rivales hace que esas batallas finales parezcan dramáticas y genuinamente importantes.